Autores: Florencia Pernicone, Catalina Minteguía, María Victoria Rodríguez. Editorial: Hotel de las Ideas.

Mujeres historietistas hubo siempre. Pero hay una nueva generación de chicas superpoderosas que, lejos de narrar historias tranquilizadoras y con buenos modales, logran hacer caber en una pequeña viñeta mundos escondidos, incómodos para el ojo conservador, que piden a gritos ser visibilizados.
Del prólogo de Maia Debowicz: Esta nueva camada de historietistas, lejos de apoyarse en las obras de renombre que pesan sobre las paredes de un museo de arte, están atravesadas por la estética punk y el espíritu mutante de los dibujos animados de Cartoon Network y Nickelodeon, entre Bob Esponja y Adventure Time, pasando por Rugrats y Steven Universe, sin olvidar la influencia que les dejó en la infancia y adolescencia el manga y animé más queer: ecos de Sailor Moon y Utena. Donde los contornos y los géneros no nacieron para ser fijos. Y en el medio de esos universos, de la Princesa Grumosa y Ranma, entra en juego la educación gamer, con aquellas pantallas en 16 bits donde aprendimos a luchar contra Kupa o Ganondorf para luego hacerlo en las calles, en una marcha, en la puerta de una institución o, por qué no, en la página de una historieta. Este libro, editado por Hotel de las ideas y compilado por las tres mujeres artistas que componen In bocca al lupo, es la prueba de la revolución que provocamos las 24 dibujantes. Quienes fundamos una Liga de la justicia a través del lápiz y el papel.

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Autores: Florencia Pernicone, Catalina Minteguía, María Victoria Rodríguez. Editorial: Hotel de las Ideas.

Mujeres historietistas hubo siempre. Pero hay una nueva generación de chicas superpoderosas que, lejos de narrar historias tranquilizadoras y con buenos modales, logran hacer caber en una pequeña viñeta mundos escondidos, incómodos para el ojo conservador, que piden a gritos ser visibilizados.
Del prólogo de Maia Debowicz: Esta nueva camada de historietistas, lejos de apoyarse en las obras de renombre que pesan sobre las paredes de un museo de arte, están atravesadas por la estética punk y el espíritu mutante de los dibujos animados de Cartoon Network y Nickelodeon, entre Bob Esponja y Adventure Time, pasando por Rugrats y Steven Universe, sin olvidar la influencia que les dejó en la infancia y adolescencia el manga y animé más queer: ecos de Sailor Moon y Utena. Donde los contornos y los géneros no nacieron para ser fijos. Y en el medio de esos universos, de la Princesa Grumosa y Ranma, entra en juego la educación gamer, con aquellas pantallas en 16 bits donde aprendimos a luchar contra Kupa o Ganondorf para luego hacerlo en las calles, en una marcha, en la puerta de una institución o, por qué no, en la página de una historieta. Este libro, editado por Hotel de las ideas y compilado por las tres mujeres artistas que componen In bocca al lupo, es la prueba de la revolución que provocamos las 24 dibujantes. Quienes fundamos una Liga de la justicia a través del lápiz y el papel.