Autor: Shaun Tan

Una colección de 75 esculturas inspiradas en los cuentos de hadas de los hermanos Grimm, fotografiada por el propio Shaun Tan y acompañadas de un pequeño fragmento del cuento.
Cuentos atemporales de príncipes, campesinos, hermanastras y brujas sin nombre, que oscilan entre lo real y lo irreal, lo literal y lo imposible, lo convincente y lo absurdo; cuentos tan oscuros y perturbadores como lúdicos y mágicos.
Tan ha logrado redescubrir los cuentos de los Grimm y los vuelve a narrar con un nuevo lenguaje visual: los cuentos que se encontraron los Grimm pasan a ser nuevos cuentos que se volverán a encontrar lectores y espectadores gracias a las sorprendentes esculturas de Tan.
Todas las esculturas de Tan nos extrañan y nos fuerzan a mirar y a sentir deseos de saber cómo se han elaborado y por qué han salido de los cuentos de los Grimm. Las han sacado de un mundo distinto para instalarlas en un contexto distinto. Y no en vano eso fue lo que hicieron los Grimm con los cuentos que recopilaron, a lo que hay que sumarle la especie de afinidad selectiva que hay entre Tan y los hermanos Grimm.
Aunque quizás habría que hablar de afinidad «eléctrica», puesto que Tan ha transformado los cuentos de los hermanos Grimm en obras de arte que se mueven y hablan por sí mismas.

 

Los huesos cantores

$34.900
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Los huesos cantores $34.900

Autor: Shaun Tan

Una colección de 75 esculturas inspiradas en los cuentos de hadas de los hermanos Grimm, fotografiada por el propio Shaun Tan y acompañadas de un pequeño fragmento del cuento.
Cuentos atemporales de príncipes, campesinos, hermanastras y brujas sin nombre, que oscilan entre lo real y lo irreal, lo literal y lo imposible, lo convincente y lo absurdo; cuentos tan oscuros y perturbadores como lúdicos y mágicos.
Tan ha logrado redescubrir los cuentos de los Grimm y los vuelve a narrar con un nuevo lenguaje visual: los cuentos que se encontraron los Grimm pasan a ser nuevos cuentos que se volverán a encontrar lectores y espectadores gracias a las sorprendentes esculturas de Tan.
Todas las esculturas de Tan nos extrañan y nos fuerzan a mirar y a sentir deseos de saber cómo se han elaborado y por qué han salido de los cuentos de los Grimm. Las han sacado de un mundo distinto para instalarlas en un contexto distinto. Y no en vano eso fue lo que hicieron los Grimm con los cuentos que recopilaron, a lo que hay que sumarle la especie de afinidad selectiva que hay entre Tan y los hermanos Grimm.
Aunque quizás habría que hablar de afinidad «eléctrica», puesto que Tan ha transformado los cuentos de los hermanos Grimm en obras de arte que se mueven y hablan por sí mismas.