Autor: Nicolas Garayalde. Editorial: Comunicarte

Sinopsis: El texto propuesto parte del planteo de que todos los lectores somos también, simultáneamente y de algún modo, no lectores.

En virtud de ello: ¿Qué significa leer? O aun: ¿Qué queremos decir con no leer? ¿Es posible pensar en estos términos como polos opuestos? ¿No será acaso que la no-lectura dibuja límites difusos e inciertos respecto de la lectura? Se trata aquí de repensar estos conceptos al mismo tiempo que de redefinirlos. Para trata de alcanzar incluso un paso más y señalar la conveniencia de la no-lectura en un doble plano: como ejercicio psicoanalítico y como trabajo investigativo.
Se abren, así, otros interrogantes: ¿es posible pensar la no-lectura como un modo de conocimientos de sí, como una ética? ¿Es posible investigar tomando la no-lectura como herramienta, como método de trabajo, como modalidad de enseñanza? ¿Es posible definir de otro modo la lectura y pensar nuevas estrategias de vinculación con los libros desde la escuela?
Para avanzar sobres estas preguntas recurriremos a algunas teorías de la lectura que van desde la Estética de la Recepción, pasando por la teoría reader-active, hasta la Escuela de Yale de impronta derrideana. Es decir, aquellas teorías que se han preocupado por replantearse el modo en que concebimos la relación entre el lector y el texto

Las conveniencias de la no lectura

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Las conveniencias de la no lectura $23.600

Autor: Nicolas Garayalde. Editorial: Comunicarte

Sinopsis: El texto propuesto parte del planteo de que todos los lectores somos también, simultáneamente y de algún modo, no lectores.

En virtud de ello: ¿Qué significa leer? O aun: ¿Qué queremos decir con no leer? ¿Es posible pensar en estos términos como polos opuestos? ¿No será acaso que la no-lectura dibuja límites difusos e inciertos respecto de la lectura? Se trata aquí de repensar estos conceptos al mismo tiempo que de redefinirlos. Para trata de alcanzar incluso un paso más y señalar la conveniencia de la no-lectura en un doble plano: como ejercicio psicoanalítico y como trabajo investigativo.
Se abren, así, otros interrogantes: ¿es posible pensar la no-lectura como un modo de conocimientos de sí, como una ética? ¿Es posible investigar tomando la no-lectura como herramienta, como método de trabajo, como modalidad de enseñanza? ¿Es posible definir de otro modo la lectura y pensar nuevas estrategias de vinculación con los libros desde la escuela?
Para avanzar sobres estas preguntas recurriremos a algunas teorías de la lectura que van desde la Estética de la Recepción, pasando por la teoría reader-active, hasta la Escuela de Yale de impronta derrideana. Es decir, aquellas teorías que se han preocupado por replantearse el modo en que concebimos la relación entre el lector y el texto