Autora: Laura Devetach.

Pai Luchi era dueño de un caballo brillante como su diente de oro, dueño también de sus días, de un perro que parecía de alambre y de un par de alpargatas bigotudas. Andaba de estancia en estancia, de campito en campito, de fogón en fogón. Cuando iba apareciendo por el fondo de alguna calle la gente del pueblo corría a avisar al almacen de ramos generales, porque seguro seguro que se armaba una contada de cuentos.Pai Luchi era cuentero y mentiroso como el solo. Contaba de lluvias que se le caían encima como mares al revés, de viajes al cielo y de briznas de pastos que parecían postes de telégrafos.Y cuidadito con que no se le creyera.

cuentos del pai luchi

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Autora: Laura Devetach.

Pai Luchi era dueño de un caballo brillante como su diente de oro, dueño también de sus días, de un perro que parecía de alambre y de un par de alpargatas bigotudas. Andaba de estancia en estancia, de campito en campito, de fogón en fogón. Cuando iba apareciendo por el fondo de alguna calle la gente del pueblo corría a avisar al almacen de ramos generales, porque seguro seguro que se armaba una contada de cuentos.Pai Luchi era cuentero y mentiroso como el solo. Contaba de lluvias que se le caían encima como mares al revés, de viajes al cielo y de briznas de pastos que parecían postes de telégrafos.Y cuidadito con que no se le creyera.